Y otra boca más que alimentar
Bueno, al fin nació la potranca.
Luego de pasar todas las vacaciones construyendo la caballeriza y esperar, nació justo cuando mi papá no estaba. Estoy seguro que cuando regrese va a pasar primero a verla en lugar de la casa.
Y lo peor es que por teléfono mandó órdenes para que pasaran la yegua y la potranca aquí, ¡como si mi hermana y yo supiéramos algo de caballos! Por suerte logré detener ese plan ridículo y no tengo que preocuparme de que hacer con esos animales... por ahora...
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